miércoles, 29 de octubre de 2008

los boys y los desnudistas

Otros tipos específicos de servicios sexuales distan de ser prostitución propiamente dicha, pero entran dentro de una dudosa clasificación, como es el caso de los denominados mozos (boys), hombres que realizan espectáculos eróticos sin que ello implique un servicio sexual más allá de lo visual. Este último término responde a una definición más global que sería la de desnudista, válido para ambos sexos.
La prostitución es uno de los trabajos y
fenómenos sociales que da respuesta al deseo sexual del ser humano, y, en muchos casos, también a la necesidad de afecto y comprensión, buscando un alivio a la soledad y a la incomunicación, principalmente en las grandes ciudades. En la mayor parte de las culturas la manera aceptada de satisfacer este deseo es en el contexto de relaciones afectivas. El ser humano ha empleado y emplea muchas otras formas para saciar sus impulsos sexuales, tanto de manera consensuada como de manera no consensuada: la búsqueda de sexo no afectivo con otras personas, el acoso, laviolación y otras muchas, entre las que se encuentra la oferta de dinero. Es esa oferta de dinero el motor que pone en marcha las muy variadas formas de prostitución.
En términos generales, las tres principales formas de prostitución son, en orden de
incidencia:
La
trata de blancas y menores, alrededor de la cual surgen sociedades mafiosas que trafican con personas para obtener dinero (lo que puede considerarse una manera moderna de esclavitud).
Personas cuyas condiciones sociales y económicas convierten la prostitución en una de las pocas formas posibles de sacar adelante a una familia o a sí mismas (prostitución forzada por las condiciones socioculturales).
El caso (minoritario numéricamente) de prostitución de alto standing (de alto nivel), donde la persona se prostituye voluntariamente por los elevados ingresos que obtiene a cambio (prostitución voluntaria).
La postura oficial de los
gobiernos frente a la prostitución va de la prohibición total a la legalización completa, pasando por modelos "mixtos" que penalizan sólo al proxeneta o al cliente. La postura más frecuente por parte de las autoridades siempre fue y sigue siendo la tolerancia. Socialmente también se observa un amplio espectro de respuestas, que van desde el rechazo (la más común) hasta la aceptación.

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